¿Por qué el protector solar se convirtió en el paso más importante de cualquier rutina de cuidado?

¿Por qué el protector solar se convirtió en el paso más importante de cualquier rutina de cuidado?

El verano es la época en la cual la protección contra los rayos del sol se vuelve esencial. Si bien la piel está expuesta a la radiación solar todos los días del año, en esta temporada el riesgo se intensifica ya que los días son más largos, la radiación es más fuerte y solemos pasar más tiempo en exteriores.

El nivel de concientización sobre el daño que puede provocar el sol y su prevención ha avanzado significativamente en los últimos años, lo que motiva a las personas a priorizar el cuidado de su piel. La protección solar es un paso fundamental en cualquier rutina de cuidado y debería ser un indispensable para los 365 días del año. Y afortunadamente, la conciencia sobre el daño que puede causar la radiación UV ha crecido de manera significativa. Hoy entendemos que no se trata solo de evitar las quemaduras en la playa, sino de proteger la salud y el bienestar de la dermis a largo plazo.

Los protectores solares no solo protegen contra los daños inmediatos del sol, sino que también previenen el envejecimiento prematuro de la barrera cutánea. Y aunque aún existe una brecha de conocimiento y acceso que necesita ser abordada, cada vez más marcas, profesionales y laboratorios se comprometen a seguir educando a las personas sobre esta problemática.

La cosmética moderna derribó el mito de que todos los solares son pesados o dejan una película blanca. Y el interés por el cuidado de la piel también impulsó a las marcas a desarrollar fórmulas pensadas para diferentes estilos de vida, lo que dio por resultado una amplia variedad de formatos, texturas y acabados que se adaptan a cada tipo de piel y necesidad.

Un ejemplo de esto es la marca de cosmética Natura, que este año incorporó a su catálogo un protector solar facial en formato stick. Esta presentación viene en forma de barra, similar a un desodorante, con una textura sólida que se aplica directamente sobre la piel, sin necesidad de usar las manos, lo que lo vuelve perfecto para aplicar fuera de casa.

Este, además, es de FPS 50 y posee una fórmula suave, sin fragancia, que disimula la apariencia de los poros y no deja brillo ni sensación pegajosa. También es resistente al agua y al sudor, lo que lo vuelve perfecto para realizar actividad física o para climas calurosos.

La protección solar dejó de ser una obligación médica para convertirse en un ritual de autocuidado. Y este tipo de innovaciones refleja cómo las marcas buscan acompañar la vida real de las personas, facilitando la reaplicación, una parte fundamental y muchas veces olvidada del cuidado contra el sol, con opciones cómodas y efectivas que se adaptan a todos los estilos.

Hoy entendemos que el bienestar se trata de construir hábitos que acompañen el paso del tiempo. Por eso, el protector solar se convirtió en el paso más importante de cualquier rutina: porque protege, previene y potencia todo lo que hacemos por nuestra piel. Cuidar la piel del sol es cuidar la salud.